lunes, 9 de agosto de 2010

LA BIBLIA NOS DICE, CUIDADO EL ENEMIGO ASECHA



LA ENVIDIA, EL RENCOR ETC…

¿Que nos dicen las escrituras sobre estas actitudes?
En la familias, entre amigos y hasta en nuestras comunidades existen estos flagelos, y nos preguntamos, ¿Dónde esta el amor de Cristo?
¿Será por las diferentes interpretaciones?, hay que tener cuidado con las interpretaciones que a menudo tenemos o nos acercan algunas personas.
La Biblia, palabra de Dios no se contradice como algunos comentan por ahí.
Vallamos a la comparación que hace Jesús de lo dicho a los antiguos y lo que dice: “Jesús les respondió: Si Moisés les dio esta prescripción FUE DEBIDO A LA DUREZA DEL CORAZÓN DE USTEDES” (Mc 10, 5).
O sea cuando Jesús dice:”Oisteis que fue dicho a los antiguos… pero yo os digo…” no cambia, habla a el corazón dócil donde Jesucristo es el motivo de mi diario vivir, y no un corazón duro y encerrado en tradiciones.
La envidia y el rencor encierra en nuestra sociedad desde la creación el poder del Demonio en muchos, veamos que dice las escrituras: “Caín se mostró muy resentido” (Gn 4, 5b), “Esaú sintió hacia su hermano un profundo rencor” (Gn 27, 41), “Y sus hermanos le tenían envidia” (Gn 27,11).
Las escrituras nos enseñan:”Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad” (Sant 3, 16); “Un reino donde hay luchas internas, va a la ruina y sus casas caen una sobre otra” (Lc 11, 17).
“El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas; apártese del mal y practique el bien; busque la paz y siga tras ella. Porque los ojos del Señor miran al justo y sus oídos están atentos a su plegaria, pero él rechaza a los que hacen el mal” (1Ped 3 10-12).
Querido hermano, el Enemigo no descansa, es un buen seductor y negociante, él quiere envidias, rencor y desunión; pero si esa zarza (Gn 3,2) esta viva en tu corazón el seductor tratará de cautivarte pero el escudo del Señor no lo dejará; recuerda “No temas Abräm. Yo soy para ti un escudo… (Gn 15, 1b); “Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos. (Ex 23, 22).
El único digno de toda gloria te quiere servidor fiel, recuerda permanentemente “El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor” (Jn 12, 26).
La paz y la bendición de Dios se derrame en tu vida.

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