miércoles, 18 de agosto de 2010
NO OCULTARÉ TU GLORIA
MIEDO
“Señor mi vida daré por ti”, así alegó Pedro lleno de entusiasmo, más Jesús le respondió; “Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces” (Jn 13, 37.38).
El entusiasmo, el fervor que nos invade al entrar a conocer las escrituras es maravilloso, pero seguir a Jesús es un camino duro, “Entonces se aproximo un escriba y le dijo: te seguiré donde vallas. Jesús le respondió,” los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza” (Mt 8, 19.20).
En la cita que mencionamos, Pedro lleno de entusiasmo respondió “Señor mi vida daré por ti” y al tener miedo lo negó, luego lloro amargamente, (Mt 26, 69-75); el profeta Elías, sintió miedo “El tuvo miedo y partió en seguida para salvar su vida”, (1 Rey 19, 3).
El profeta, aquel que fuera llamado hombre de Dios (1 Rey 17, 24), tuvo miedo por su vida; aquel que dijo al Señor cuando lo encontró en la cueva “Me consumo de celo por el Señor de los ejércitos” (1 Rey 19,14).
Encontramos en estas dos citas, en la antigua alianza como en la nueva, dos personajes que aman, tienen confianza, pero ante la adversidad temen.
Hoy ya son pocos los lugares donde manifestarse cristiano conlleva un riesgo de vida, gracias al Señor somos libres, y no tenemos que ocultar nuestro amor por Cristo.
Recuerda: Aunque seas pisoteado, humillado, despreciado y valgas poco o nada para la gente; Jesús te ama igual, “Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí” (Jn 15, 18), “Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí” (Mt 5, 11).
No te intimides pues esta escrito “En los últimos tiempos habrá gente que se burlará de todo y vivirá de acuerdo a sus pasiones impías” (Jds 10, 18).
“Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi padre que esta en el cielo” (Mt 10, 32).
No tengas miedo de reconocerte seguidor de Cristo, y deja que solo Él juzgue como lo hiciste.
Que la paz y la bendición de Dios se derrame en tu vida.
martes, 10 de agosto de 2010
NO HAY MASCARA POSIBLE PARA OCULTARSE DE JESÚS
“Los hombres llevamos mil mascaras vanas para no encontrarnos con nuestra verdad. Tememos mirarnos de frente a los ojos y al ver lo que somos, tener que cambiar”. Esta es Parte de la letra de una canción, y que inspirada que esta.
Mascaras donde esconder nuestras actitudes, nuestras miserias, nuestras vergüenzas…
Doblar mi rodilla ante Dios, pero sin ofrecerle morada en mi corazón; hablar a nuestro prójimo, convivir con él pero sin tener el amor de Cristo entre nosotros.
La estrofa dice: “Tememos mirarnos a los ojos y al ver lo que somos, tener que cambiar”; la escritura hace mención: “La lámpara del cuerpo es el ojo, si el ojo esta sano, todo el cuerpo estará iluminado. Pero si el ojo esta enfermo, todo el cuerpo estará en tiniebla. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá! (Mt 6, 22.23).
Si miras y ves que tienes que cambiar, Jesús te espera, pero si no lo haces es porque el orgullo gano tu corazón y la escritura es clara al respecto: “El orgullo comienza cuando el hombre se aparta del Señor y su corazón se aleja de aquel que lo creó” (Ecli 10, 12); “El temor del Señor es detestar el mal; yo detesto la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa” (Prov 8, 13).
Hay que tener cuidado con esta clase de hermanos, traen a nuestro entorno la muy temida murmuración, pero la escritura nos dice: “Yo los envió como ovejas en medio de lobos; sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mt10, 16).
“Su táctica no debe sorprendernos, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz” (2 Cor 11,14).
¿Si tú tienes esa mascara, ¡arrepiéntete! Deja atrás el orgullo y levántate?
Deja atrás la mascara y entrega tu vida, cree y veras la gloria de Dios (Jn 11, 40),
Recuerda siempre alejarte de la muerte, “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Jn 11,25).
La paz y la bendición de Dios se derrame en tu vida.
lunes, 9 de agosto de 2010
LA BIBLIA NOS DICE, CUIDADO EL ENEMIGO ASECHA
LA ENVIDIA, EL RENCOR ETC…
¿Que nos dicen las escrituras sobre estas actitudes?
En la familias, entre amigos y hasta en nuestras comunidades existen estos flagelos, y nos preguntamos, ¿Dónde esta el amor de Cristo?
¿Será por las diferentes interpretaciones?, hay que tener cuidado con las interpretaciones que a menudo tenemos o nos acercan algunas personas.
La Biblia, palabra de Dios no se contradice como algunos comentan por ahí.
Vallamos a la comparación que hace Jesús de lo dicho a los antiguos y lo que dice: “Jesús les respondió: Si Moisés les dio esta prescripción FUE DEBIDO A LA DUREZA DEL CORAZÓN DE USTEDES” (Mc 10, 5).
O sea cuando Jesús dice:”Oisteis que fue dicho a los antiguos… pero yo os digo…” no cambia, habla a el corazón dócil donde Jesucristo es el motivo de mi diario vivir, y no un corazón duro y encerrado en tradiciones.
La envidia y el rencor encierra en nuestra sociedad desde la creación el poder del Demonio en muchos, veamos que dice las escrituras: “Caín se mostró muy resentido” (Gn 4, 5b), “Esaú sintió hacia su hermano un profundo rencor” (Gn 27, 41), “Y sus hermanos le tenían envidia” (Gn 27,11).
Las escrituras nos enseñan:”Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad” (Sant 3, 16); “Un reino donde hay luchas internas, va a la ruina y sus casas caen una sobre otra” (Lc 11, 17).
“El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas; apártese del mal y practique el bien; busque la paz y siga tras ella. Porque los ojos del Señor miran al justo y sus oídos están atentos a su plegaria, pero él rechaza a los que hacen el mal” (1Ped 3 10-12).
Querido hermano, el Enemigo no descansa, es un buen seductor y negociante, él quiere envidias, rencor y desunión; pero si esa zarza (Gn 3,2) esta viva en tu corazón el seductor tratará de cautivarte pero el escudo del Señor no lo dejará; recuerda “No temas Abräm. Yo soy para ti un escudo… (Gn 15, 1b); “Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos. (Ex 23, 22).
El único digno de toda gloria te quiere servidor fiel, recuerda permanentemente “El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor” (Jn 12, 26).
La paz y la bendición de Dios se derrame en tu vida.
jueves, 5 de agosto de 2010
LAS ESCRITURAS NOS ILUMINAN
En nuestros tiempos hay gente que no bautiza a sus hijos y nos preguntamos ¿es necesario bautizarse?
Que nos dice las escrituras sobre este tema: “El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea se condenará” (Mc 16, 16).
Pero para que las personas crean y deseen ser salvas ellas y sus hijos, hay que predicarles; por eso Jesús dejo escrito:” vallan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación” (Mc 16, 15).
Felipe fue visitado por el Ángel del Señor el cual le dio una misión, este sin demora procedió a cumplirla; se encontró con un carruaje y sobre el mismo un etiope que leía al profeta Isaías. Felipe le pregunto: ¿comprendes lo que estas leyendo?, recibiendo como respuesta: “como lo voy a entender si nadie me lo explica” (Hech, 8, 30.31).
Esta respuesta nos tiene que tocar en lo más profundo, ¿Cómo pretendemos que la gente bautice a sus hijos, si nosotros no mostramos un Cristo vivo y no cumplimos con el mandato de llevar esa Buena Noticia en nuestro caminar.
Otra pregunta que nos pueden hacer dado que hay algunas sectas que bautizan, ¿Cuántas veces me puedo bautizar?, “hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Ef 4, 6).
O sea que la escritura no me permite bautizarme varias veces.
Es llevar la escrituras al mundo que nos rodea, porque es viva y eficaz, siempre actual, nunca desaparecerá “es más fácil que dejen de existir el cielo y la tierra, antes que desaparezca una coma de la Ley” (Lc 16, 17).
¿Entonces cual es la iglesia donde me tengo que bautizar?, “y yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá sobre ella” (Mt 16, 17b). ¿Cuál es esa iglesia? Le responderás a quien te pregunte, la iglesia que tiene la sucesión apostólica, la iglesia católica.
La paz y la bendición de Dios se derrame en tu vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)