TODO ESTA PERMITIDO,PERO NO TODO ES CONVENIENTE(1Cor 10, 23)

En estos tiempos muchos hermanos deambulan sin afirmarse en una comunidad, o lo que es más frustrante no abandonan una para ir a otra.
Son católicos a su manera que son tentados a abandonar su fe.
¿Por qué no te venís con nosotros? -Se escucha esta propuesta muchas veces. Nosotros no tomamos ni fumamos, suelen comentar. En nuestro templo hay visiones y revelaciones; se cura, se habla en lenguas...
Pues me pregunto, ¿entre todas las autodenominadas iglesias que se llaman cristianas y dicen seguir la Biblia como fuente de toda verdad?, ¿CUAL ES AQUELLA UNICA IGLESIA QUE FUNDO JESUS PERSONALMENTE?
Tú eres Pedro, y sobre esa roca edificaré mi iglesia y el poder de la muerte no prevalecerá sobre ella (Mt 16, 13-20)
El apóstol Pedro recibió la bendición del mismo Jesús y hasta el día de hoy no se alteró; en ese momento Jesús nombra a quien él elige para ser cabeza de su iglesia.
Luego el hombre se encargó de dividirla, por su cuenta creo otras autodenominadas iglesias.
El mandato de Jesús es “Que todos sean uno, como tú padre, estas en mí y yo en ti” (Jn 17, 21)
“Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo; que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía” (1 Cor 1, 10)
“El espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe” (1 Tim 4, 1)
Por eso hermano no deambules, “Fíjate donde pones los pies y que sean firmes todos tus caminos” (Prv 4,26)
Recuerda “Cristo es la cabeza y el salvador de la iglesia, que es su cuerpo” (Ef 5, 23)
Conclusión: permanecer en la iglesia es ser parte del rebaño, considerándose pecador pero seguidor de Cristo; esperando por su misericordia.
Cuidémonos de los falsos profetas, “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿Acaso no profetizamos en tú nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tú nombre? Entonces yo manifestaré: jamás los conocí; apártense de mí, ustedes los que hacen el mal”. (Mt 7 15-23)
Agrada a Cristo en su iglesia, alábalo, hónralo, dale gracias y no te alejes nunca de ella; no escuches propuestas de hermanos que están en otros caminos.
Ama a Cristo en su iglesia y al final del camino dirás con orgullo “He peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conserve la fe” (2 Tim 4,7)

Que la paz y la bendición de Dios te cubran.