jueves, 14 de noviembre de 2013
Fuera de Cristo no hay felicidad plena
El Señor es el único que hace caer las cadenas que te traban, que te impiden llegar a la felicidad.
Si tu no lo reconoces, no le das el lugar de privilegio de alojarse en tu corazón, si no reconoces que necesitas de él, lejos estas de alcanzar la libertad que tienes solo en el Señor Jesucristo.
El amor de Jesús te hace feliz y podrás conquistar la felicidad que las ataduras impiden que hoy no la tengas.
Vive agradecido, refúgiate en él, anuncia lo grande que es el Señor, no calles las bondades que transforman las tinieblas en luz.
Pueblo suyo somos y es tiempo de reconocerlo, su belleza no tiene ocaso, su majestad es infinita, el que camina en su luz no tropezara dice la escritura.
Dice el salmo 23 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
Querido hermano Jesús estará siempre esperando que acudas en tu oración a él, las ligaduras caerán, las tinieblas serán vencidas, y aunque pases por momentos difíciles, su diestra estará a tu favor.
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